viernes, 30 de octubre de 2015

Música de Colombia. Podcast #4


Podcast realizado por:
Laura Jiménez
Daniela Bermudez
Paula Rodriguez
Javier Ruiz

Para el curso de Apreciación Musical
Docente: Cesar Tapias
Funlam
Medellín

martes, 27 de octubre de 2015

Adolfo Mejía

Adolfo Mejía es el más importante de los músicos cartageneros. Nació en San Luis de Sincé, hoy Departamento de Sucre, el 5 de febrero de 1905. Iniciaba su adolescencia cuando llegó a Cartagena, que se tomaría en su ciudad querida y cantada románticamente con su famoso bolero "Cartagena, brazo de agarena", obra, que según parece, llegó a odiar, pues se interpretaba de acuerdo a la moda decadente, llorona, remilgada, con inflexiones cursis en su feliz melodía.


Adolfo Mejía viajó a Francia y estudió con prestigiosos profesores. Su vida está llena de aventuras, propias de aquella década de la guerra mundial. A su regreso a Colombia, que lo hizo en un barco cargado de explosivos, vía Río de Janeiro, principió su labor educativa en la Escuela de Música de Cartagena. Pero Mejía parece que estuviera lleno de ansiedades, de inquietudes intelectuales, por lo cual ingresó a la Universidad a seguir los cursos de Humanidades. Al mismo tiempo fundaba el Coro Santa Cecilia e iniciaba cursos de educación musical en la Escuela de Cadetes. Obtuvo el premio "Ezequiel Bernal" en 1938 con su "Pequeña Suit". Casado con la distinguida dama Rosita Franco, tuvo cuatro hijos, hoy destacados profesionales. Su hija actualmente vive en Alemania y es notable pianista.

La obra musical de Mejía lo revela como uno de los compositores de más talento que haya tenido Colombia. Al igual que el maestro Antonio María Valencia, dejó muy pocas obras, pero muy significativas. En el caso de Mejía, es preciso decirlo, su obra es muy dispareja. Al lado de sus obras reveladoras del gran talento, de una mente organizada y crítica, aparecen obras producto de su bohemia, casi triviales.
El carácter popular, no ya de la influencia negra, sino de las clases altas, que no lo interesaron por la música culta, hicieron que se dedicara a los boleritos fáciles, agradables y a veces geniales; a los pasillos, a la improvisación en la guitarra o en el piano. Todo esto en manos de uno de los compositores que tuvo la oportunidad de haber resumido de otra manera, aquella fuente folclórica, negra e indígena, produce tristeza, pues las naciones, como los hombres, solamente gozan de ciertas oportunidades. Su ciudad no lo supo comprender ni exaltar debidamente, y a tiempo. De nada sirven ahora los decretos de alabanzas a los talentos muertos. De nada han servido en la querida Cali, los decretos de publicación de las obras de otro gran compositor de talento, Antonio María Valencia; de nada, pues ni siquiera se cumplen los decretos de publicación de sus obras. De nada sirven los alardes de los mandatarios, que más que servir a los artistas del país, se sirven de ellos para redondear ambiciones políticas. Mejía, Valencia y Uribe Holguín, los tres grandes compositores colombianos, siguen siendo ignorados olímpicamente por todos los gobiernos y entidades culturales. Sus obras no aparecen editadas, ni en grabaciones y lo que es peor, las propias orquestas, pagadas por el estado, no cumplen con algo que debería ser fundamental, interpretar las obras de los autores colombianos. Escribo lo anterior pues es reflejo del ambiente musical que tuvo que vivir Adolfo Mejía, sin estímulos para su obra seria. 
En resumen, Adolfo Mejía fue el gran talento desperdiciado. Dejó unas pocas obras sinfónicas: Íntima, La Tercera salida de Don Quijote, Suit Mínima y se cita el poema sinfónica América. Agreguemos unas tres obras más, de carácter sinfónico y tendremos una síntesis muy triste de su obra, muy poca, casi nada. En cambio su obra para piano, desconocida casi toda, anda por ahí de mano en mano sin saberse si solamente obedece al ambiente bohemio, si se trata de boleros, o si existe algo verdaderamente importante. Sus canciones alcanzan a tener cierto valor lírico, pero no se escapan totalmente a la influencia de la moda fácil.

Tomado de: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/musica/muscar/adolfo.htm





jueves, 22 de octubre de 2015

La música como característica cultural de una comunidad. Podcast #3

Podcast realizado por:
Laura Jiménez
Daniela Bermudez
Paula Rodriguez
Javier Ruiz

Para el curso de Apreciación Musical
Docente: Cesar Tapias
Funlam
Medellín
Medellín

Rodrigo D. No Futuro

Sinopsis

Es 1988. Rodrigo es un muchacho que no ha cumplido los 20 años, y vive en los suburbios de Medellín. La reciente muerte de su madre lo dejó en un continuo desinterés por la vida: ni va a la escuela, ni ayuda a su padre en la carnicería (actividades seguidas con juicio por su hermano menor), ni ayuda a su hermana a cuidar la casa. Tampoco participa ni del fútbol, ni de la iglesia, ni de los atracos, ni del negocio de droga, todas actividades seguidas en su entorno. Ni siquiera recibe un aguardiente de su padre. Solo se interesa en el punk: escucha continuamente casetes de punk, va a toques en su barrio y busca conseguir una batería. Conseguir el instrumento se dificulta pues el vecino músico que conoce anda borracho y un metalero no quiere venderle el instrumento pues «como todos saben, los punkeros son unos aparecidos». Finalmente se fabrica unas baquetas en una carpintería y practica en los muros y en los alambres de la ropa. Aparecen por el barrio carros sospechosos preguntando por conocidos de él: uno es asesinado y otros dos deben esconderse. Finalmente Rodrigo va donde una amiga de su madre, quien le muestra antiguas fotos de esta. Al día siguiente va a un edificio céntrico y sube al 20º piso. Va a saltar sobre esa ciudad que lo oprime, lo llama, lo margina. Contemporáneamente unos conocidos suyos asesinan a un antiguo vecino, a Ramón, por desencuentros que se han prolongado a lo largo de la película. Rodrigo se bota al vacío después de sonar la canción No te desanimes, mátate. Al final aparece: «Dedicada a la memoria de John Galvis, Jackson Gallego, Leonardo Sánchez y Francisco Marín, actores que sucumbieron sin cumplir los 20 años, a la absurda violencia de Medellín, para que sus imágenes vivan por lo menos el término normal de una persona».


domingo, 18 de octubre de 2015

Antonio Vivaldi


(Antonio Lucio Vivaldi; Venecia, 1678 - Viena, 1741) Compositor y violinista italiano cuya abundante obra concertística ejerció una influencia determinante en la evolución histórica que llevó al afianzamiento de la sinfonía. Igor Stravinsky comentó en una ocasión que Vivaldi no había escrito nunca quinientos conciertos, sino «quinientas veces el mismo concierto». No deja de ser cierto en lo que concierne al original e inconfundible tono que el compositor veneciano supo imprimir a su música y que la hace rápidamente reconocible.



Autor prolífico, la producción de Vivaldi abarca no sólo el género concertante, sino también abundante música de cámara, vocal y operística. Célebre sobre todo por sus cuatro conciertos para violín y orquesta reunidos bajo el título Las cuatro estaciones, cuya fama ha eclipsado otras de sus obras igualmente valiosas, si no más, Vivaldi es por derecho propio uno de los más grandes compositores del período barroco, impulsor de la llamada Escuela veneciana (a la que también pertenecieron Tommaso Albinoni y los hermanos Benedetto y Alessandro Marcello) y equiparable, por la calidad y originalidad de su aportación, a sus contemporáneos Bach y Haendel.

Tomado de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/vivaldi.ht

miércoles, 14 de octubre de 2015

Queen sinfónico

El viernes 28 de agosto se dio apertura al Octavo Festival Internacional de Música de Medellín. La inauguración que se realizó en el Parque de los Pies Descalzos con el concierto Queen Sinfónico donde tocaron la Orquesta Filarmónica de Medellín con la banda Trilogía, para rendir tributo a Freddy Mercury y su grupo Queen.




Searching for Sugar Man

Searching for Sugar Man es un documental sueco-británico de 2012 escrito y dirigido por Malik Bendjelloul que cuenta la historia de un misterioso cantante conocido como Rodríguez (n. 1942) y los esfuerzos de dos fans sudafricanos (Stephen 'Sugar' Segerman y Craig Bartholomew-Strydom) por descubrir su paradero. En 2012 obtuvo una veintena de premios cinematográfico


s, entre ellos destaca el Premio Óscar en la categoría de mejor documental largo, el BAFTA y el mejor guion del Gremio de Escritores de América (WGA).
Sixto Rodríguez era un cantante estadounidense que vivía en Detroit (Míchigan) y trabajaba cantando en bares. Era un hombre del cual no se sabía casi nada. A fines de los años 1960 fue contactado por dos productores musicales que lo convencieron de grabar un disco, Cold Fact (1970), el cual no tuvo mucho éxito comercial. A pesar de esto, Rodríguez fue posteriormente contactado por otro productor, con quien grabó un segundo disco, Coming from Reality (1971), el que tampoco tuvo buenas ventas en Estados Unidos.

La carrera de Rodríguez no fue un completo fracaso. Su trabajo fue mejor recibido en Sudáfrica, donde las letras de sus canciones y el misterio que rodeaban al cantante lo transformaron en una figura muy popular entre los jóvenes del país. Su álbum Cold Fact fue adoptado como un símbolo de la lucha contra el apartheid. Debido a sus letras, varias de sus canciones fueron prohibidas por la South African Broadcasting Corporation. Músicos como Koos Kombuis, Willem Möller y Johannes Kerkorrel fueron inspirados por el mensaje de Rodríguez. Tiempo después surgió el rumor de que el cantante se había suicidado en medio de un concierto.



A mediados de los años 1990, dos hombres llamados Stephen Segerman y Craig Strydom comenzaron a investigar acerca de la identidad de Rodríguez y la razón por la cual el cantante nunca supo acerca de su éxito en Sudáfrica. Para esto, examinaron las relaciones que existían entre las compañías discográficas e intentaron contactar a los productores que trabajaron con él. Strydom logró hablar con Mike Theodore, uno de los productores de Cold Fact, y al preguntarle cómo se había suicidado el cantante, Theodore le dijo que Rodríguez no estaba muerto. Strydom escribió un artículo sobre su búsqueda y Segerman fue posteriormente contactado por Eva, la hija del cantante.

Tras estas escenas, el propio Rodríguez conversa con los documentalistas acerca de su vida. El cantante revela que nunca supo acerca de su éxito en Sudáfrica, y que tras grabar sus dos discos no pudo seguir dedicándose a la música y trabajó en la construcción en la ciudad de Detroit. También se narra el viaje que hizo Rodríguez a Sudáfrica en marzo de 1998, donde tocó seis conciertos. Tras esto, el cantante siguió viviendo de forma modesta en Detroit y donando todo el dinero recaudado en los conciertos a sus familiares y amigos, regresando de forma esporádica al país africano para tocar algunos conciertos.